sábado, 30 de julio de 2016


EL FALSO EVANGELIO DE LA PROSPERIDAD

Por Luís Orlando Pulache Vásquez.

“Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal. Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo” (Fil 3:18-20)

1. LA ACTITUD DEL MUNDO FRENTE AL DINERO.
La sociedad promueve el consumismo, nos bombardea con propagandas engañosas, tratando de convencernos de que las cosas materiales tienen el poder de satisfacer nuestras vidas, que cuanta más comodidad material tengamos, “viviremos mejor”.

El mundo ama al dinero.
- Amar al dinero es desear vivir en comodidades materiales como fuente de la felicidad o bienestar. Es también acapararlo egoístamente. Con respecto a esto, la Biblia no enseña que el dinero sea malo, sino lo que en verdad lo es, es la actitud de amor al dinero.
Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.” (1Ti 6:10)

El dinero es adictivo.
Estos errados maestros de la prosperidad, argumentan que el dinero debe ser nuestro esclavo y no nosotros de él. Sin embargo la Biblia nunca enseña esto. Somos mayordomos del dinero no sus amos, que es muy diferente. Lo único que la Biblia afirma es que el dinero es un amo, su naturaleza es de apoderarse de las conciencias y voluntades del quien lo codicia.  Al igual que la droga, él es adictivo.

El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto.” (Ec 5:10)

Y al ser adictivo, tiene el poder de seducir y atrapar a las personas. El dinero crea dependencia, la cual la Biblia la llama codicia.

El mundo pone su esperanza en el dinero.
- El mundo busca al dinero como la fuente de poder para solucionar las cosas, dejando a Dios fuera de lugar. Sin embargo la Biblia enseñan todo lo contario. Ella manda al hombre, poner toda su confianza en Dios y no en el dinero como fuente de solución a todos sus problemas o necesidades.
A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos” (1Ti 6:17)
- Jesús enseñó que es muy difícil tener riquezas y no poner nuestra confianza en ellas como un medio de solución.
Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas! Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.” (Mr 10:23-25)
Miremos el contexto. Jesús dijo todo esto por causa de que un joven rico no quiso despojarse de sus riquezas materiales para ayudar a los necesitados, porque sencillamente amaba a sus riquezas. Note que Jesús dijo que los que confiaban en las riquezas, eran los mismos que amaban sus riquezas, que a la vez son también los que no desean despojarse de ellas con el fin de ayudar al necesitado. ¿Ha escuchado acaso alguna vez que los predicadores de la prosperidad enseñen que deba usted salir a ayudar a los necesitados con tantas bendiciones que reciben? No verdad. Escuche bien. Usando una hipérbole, Jesús dijo que es ¡Casi imposible que un rico entre en el reino de Dios! Así de sencillo.
Con razón se dice que el dinero es el que más compite contra Dios por el trono de nuestros corazones, que cualquier otra cosa.
- Esta historia también nos enseña, que al igual que el joven rico, alguien puede ser religioso y muy devoto, pero al mismo tiempo estar atrapado en el poder adictivo del dinero.
- ¿Sabe por qué, muchos de los que han caído en el engaño de la doctrina de la prosperidad, no pueden ver en las Escrituras, que su doctrina es torcida, inmoral y anti bíblica? Pues precisamente porque el mismo engaño de las riquezas ahogan la Palabra y no permite que ésta dé sus frutos de justicia:
El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa” (Mt 13:22)

Nuestra actitud frente al dinero revela lo que hay en nuestros corazones.
Un ejemplo de esto aconteció en la naciente iglesia primitiva. (Hch 4:36-55) Ananías y su esposa Safira mintieron al Espíritu Santo. Pero la mentira no era la raíz del problema, la mentira era solo el fruto de su avaricia. Ellos habían puesto su amor y confianza en el dinero. Dios protegió a la naciente iglesia primitiva de una manera radical, del espíritu de avaricia, codicia y mentira, ya que el dinero es uno de los instrumentos más poderosos que Satanás usa para derribar ministerios, iglesias, hombres de Dios, familias enteras, sociedades y gobiernos.
En esta sociedad materialista, insatisfecha y afanosa por el dinero, Dios levanta un llamado a su iglesia santa a diferenciarse del mundo, no teniendo un corazón materialista sino a ser ricos para con Dios.

2. EL FALSO EVANGELIO DE LA PROSPERIDAD.
- A finales de los 70 empezó esto, lo de la doctrina de la prosperidad en misterios norteamericanos, os cuales se fueron propagando hasta el día de hoy con más fuerza, infestando a la iglesia cristiana con el pensamiento materialista, codicioso y egoísta de nuestra sociedad. Falsas enseñanzas ocultistas y doctrinas de hombres se han levantado con mayor fuerza en estos últimos años, trayendo confusión y despertando la codicia y la avaricia dentro de la iglesia de Cristo.
Este nuevo evangelio es llamado “El evangelio de la prosperidad”. Este falso evangelio ensaña que Dios nos ha creado para vivir en abundancia material, haciendo mucho énfasis en enviar semillas de fe y hacer pactos con Dios con el fin de ser prosperados. “Profetizan” a las personas lo que quieren oír, inflándoles el ego, con el fin de conseguir lo que quieren. Llenan de adulaciones a quienes los oyen con supuestas palabras de fe. Les animan a sus seguidores a que confiesen que son prósperos y materialmente bendecidos. Sin embargo, son solo ellos los que se enriquecen con este negocio.
- ¿Pero considera Dios hombres prósperos y realizados, los que prosperan económicamente?
“No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo” (1Jn 2:15-16)
Los deseos de la carne: vivir en grandes comodidades, casas, carros, etc. Por el contrario, Jesús dijo:
“Porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” (Lc 12:15)
- Pero estos seudos maestros tuercen las Escrituras para justificar sus erradas y codiciosas enseñanzas; Además de que no todo lo que la Biblia menciona como prosperidad significa riquezas, sino que nos salga bien lo que estamos  o vamos a realizar. Pero estos supuestos profetas, han llegado incluso a cuestionar la autoridad del apóstol Pablo, al afirmar que él no tenía esta “nueva revelación de la prosperidad”, ya que él enseñaba todo lo contrario, además de vivir en muchas ocasiones de forma austera. Si esta supuesta obligada prosperidad material fuera verdad, entonces deberíamos preguntarnos, ¿Cristo tampoco tenía esta revelación divina de la prosperidad, ya que él nunca la enseñó ni vivió “próspero”? Si Pablo no tuvo esta nueva revelación, entonces ¿La Biblia no está completa? ¿Debemos dejar a un lado la Biblia para seguir a estos nuevos profetas y maestros con una nueva revelación?
- Pero esto no es de asombrarnos, ya que la Biblia sí habla de estos falsos ministros de Dios profetizados para estos últimos tiempos. Y nos da las características que iban a tener estos hombres:
“Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales” (1Ti 6:3-5)

La Biblia predijo que éstos falsos maestros se apartarían de la piedad, la cual es todo lo que referente a las cosas espirituales, no materiales. Teniendo la piedad como fuente de ganancia, es decir, que harán del evangelio, un gran negocio. ¿Y acaso no es esto lo que están haciendo los del evangelio de a prosperidad?
Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme” (2P 2:1-3)
El apóstol también predijo que serán avaros e hipócritas, que usarían palabras fingidas, tan solo para satisfacer su avaricia. Y esto es precisamente lo que está pasando en estos tiempos.
Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición. Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad” (2P 2:1-3,14-15)
Serán codiciosos y sensuales.
“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos…
Traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita” (2Ti 3:1-2, 4-5)
Serán amadores de sí mismos, ¿Acaso no esto lo que enseña la falsa prosperidad, que tu prosperes, que te vaya bien, tu casa, tu carro, tu felicidad, tú, tú y tú? Además dice que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella. ¿Acaso no se muestran muy espirituales, pero al mismo tiempo con su forma de vivir en el desenfreno y la opulencia, enseñan que de nada sirve servir a Dios y no ser prospero, y no solo esto, sino que se burlan de los siervos de Dios que en está es esa “prosperidad material”? ¿Se da cuenta que las características que menciona las Escrituras acerca de estos falsos profetas y maestros, son los mismos de los de la doctrina de la prosperidad?
- Al contrario de lo que predican estos falsos maestros, la Biblia enseña clara y abiertamente que Dios está en contra del deseo de enriquecerse.
Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.” (1Ti 6:9-10)
Cuando Pablo dice: “Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero”, cuando dice la palabra PORQUE, Pablo no solo está explicando que la consecuencia de todos los males, es el amor al dinero, sino también está relacionando que los que aman el dinero son los mismo que tienen el deseo de enriquecerse. Escuche bien y no se deje engañar. No existe el deseo de enriquecerse que venga de parte de Dios.
- Escuche lo que piensa el Señor con respecto a amontonar fortuna en esta tierra:
No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón…
Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Mt 6:19-21,24)
El Señor es claro y enfático, No te hagas tesoros en la tierra sino en los cielos, y contra estas palabras no hay argumento que valga.
Recuerde que solo somos instrumentos de su gracia, pero de barro, no de oro.
Mi amado hermano, Jesucristo no es el medio para que alcancemos nuestros fines, él es el fin en sí.
Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre” (Jn 6:27)
Porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto” (1Ti 6:7-8)

En los próximos estudios, estaremos analizando profundamente 9 falsos argumentos del llamado “evangelio de la prosperidad”.

Continuará en el 1 falso argumento de la falsa prosperidad...
Dios te bendiga.

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